A través de la adoración profética desbaratamos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y de llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. La adoración profética es un instrumento de guerra, que como cuerpo de Cristo, debemos utilizar para establecer el Reino de Dios y Su autoridad espiritual aquí en la tierra. Durante los tiempos de adoración intima entramos en una dimensión mas alta para ver y escuchar los diseños del cielo para poder desatarlos aquí en la tierra.

Cada altar toma un compromiso mínimo de 2 horas de Adoración e Intercesión por semana fuera de un culto o reunión general. Es un tiempo donde nosotros, los hijos de Dios, ministramos a Dios con adoración " VERTICAL " y a través de la intercesión bajamos los diseños del cielo para la familia, la iglesia, la ciudad, la provincia y las naciones de la tierra.

A través de la red, establecemos nuevos altares de adoración y a la vez nos conectamos con altares ya vigentes para formar una red de 12 altares de adoración en cada provincia y en cada nación de la tierra para establecer una autoridad mayor y unir el cielo con la tierra. El altar es un lugar donde no se trata de nosotros. Es un lugar donde uno rinde todo y se deja llevar por la voluntad pura y exclusiva del Padre, ministrando a su corazón. Es por eso que la intercesión se hace visible.

A través de la red, nos unimos para potenciar nuestra autoridad espiritual en la tierra y mantener encendido el fuego del altar del Señor con adoración continua 24/7. Entendemos que somos los guardianes del altar y permanecemos delante de su presencia para atender y ministrar con nuestra ofrenda día y noche para que el fuego nunca se apague. Esta ofrenda de adoración trae bendición a nuestras vidas, familias, congregaciones, ciudades y naciones.

Nosotros somos el Altar ardiente encargados de mantener el fuego portando de leña y de olor grato. El unirnos hace que el fuego sea mayor y de mayor impacto espiritual. La biblia nos enseña que fue la responsabilidad del los levitas atender el altar 24/7. Cada mañana llevaban las cenizas afuera del campamento y echaron mas leña sobre el altar para que el fuego nunca se apague. Jesus nos enseño que debemos mantener nuestras lamparas encendidas antes que la puerta se cierre. A través de nuestra adoración mantenemos el Altar encendido y atendemos al Señor. De esta manera la red de altares será un instrumento en este tiempo para que la llama del avivamiento sea encendida por todas las naciones y sus hijos sean la expresión de la manifestación de su gloria en la tierra.